Una visita chocolateada [Lysander]

por **Anabelle K. Wentworth** Miér Jun 23, 2010 5:36 pm

]No era mucha costumbre suya revolotear por el Ministerio, pues siempre se acababa perdiendo.Mas, como toda buena excepción, lo hacía por alguien al que estimaba mucho.
Lo primero fue encontrar la entrada, por la que tuvo que preguntar unas seis veces si no recordaba mal; hacía mucho que no iba a aquel lugar, pues su trabajo le requería más estar próxima a San Mungo, aunque no era normal desorientarse tanto en alguien normal, pero como Anabelle no era precisamente el vivo ejemplo de la normalidad, todo estaba bien.
Lo segundo, el Atrio, donde había quedado con aquella persona tan especial para sí. Tantos magos y brujas revoloteando de un lugar para otro, de aquí para allá incesantes, volvían un poco turuleta a la joven y distraída rubia, pues no estaba acostumbrada a tal desfile de personas, incluso trabajando en lo que se decía, un hospital.

Se abrió paso entre la multitud mientras era arrollada de un lado a otro con brusquedad, pues tampoco es que fuera muy fuerte. Espachurrada, sin espacio vital, caminaba entre el gentío intentando avistar otra cabellera rubia pero en masculino; nada. Bueno, tampoco se desesperaba, no era de esas personas.
Decidió que debería de hacer como cuando un niño pequeño se pierde, es decir, quedarse quieto en una esquina sin moverse hasta que lo encontrasen; sí, eso haría.
Llegó hasta un sitio un poco menos concurrido y se aproximó a la pared lo más que pudo para no estorbar en su recorrido a los viandantes. Después de unos minutos, pareció distinguir esos cabellos platinados que recordaba bien de su estadía en Hogwarts y, aunque era alta, sabía que no llegaría a verla con tal barullo. Así que tomó una chocolatina de su bolso, de las que tanto les gustaban a los dos y la blandió por encima de su cabeza, incluso poniéndose de puntillas. Esperaba ser vista.

por **Lysander Scamander** Miér Jun 23, 2010 7:17 pm

Estaba agobiado de tanto trabajo.Hoy Había quedado con mi rubia.Una persona a la que adoraba con todo mi corazon.Desde que la había conocido me había caído muy bien.Pero hubiera ido yo a San mungo la verdad seria mejor porque el ministerio tendía a ser un lugar.Con mucha gente y aveces agobiaba.Me había pasado toda la mañana.Trabajando en mi departamento. Aun no llegaba mi rubia así que me quede mas rato trabajando.Cosa que ni me di cuenta de la hora que era.Cuándo mire el reloj baje corriendo las escaleras del ministerio porque las ascensores estaban llenas de gente y sino bajaba corriendo seguro mi rubia se iría del aburrimiento y porque su rubio no llegaba.

Cuándo llegue a donde habíamos quedado ,no la veía por culpa de la gente que había estaba lleno de personas como era de costumbre.Suspiré ya que o una de dos mi rubia se había ido o por culpa de los magos y brujas que rondaban por todo el ministerio,no la veía.Sonreí al ver la chocolatina que se veía por encima de las cabezas.Supe que estaba allí ya que esa chocolatina nos encantaba a los dos demasiado.Llegue corriendo apartando a toda la gente para poder llegar hasta donde mi rubia.

-Rubiaaaa como estas?

Sonreí tiernamente dándole un abrazo y un beso en la mejilla.Quería demasiado a mi rubia.Me apoyé en la pared que teníamos detrás. -Quieres mejor ir a mi despacho cielo.Estaremos mejor que aquí ya que esta lleno de gente. Le dije sonriendo dulcemente y tiernamente.

por **Anabelle K. Wentworth** Jue Jun 24, 2010 7:14 am

No solía ser muy afectiva en público, aunque tampoco en privado. Pero tan sólo con las personas que no conocía debidamente pues, alguien como su querido Lysander no era así; con él no había secretos ni nada que guardarse, por lo que no dudaba en mostrarse cariñosa y tierna, como era realmente.
Seguía agitando la chocolatina con la esperanza de que su rubio favorito la viera, lo adoraba y quería pasar lo que quedaba de día con él aunque ello implicase haberse perdido por medio Londres. Si era por él, valía la pena.
La mano comenzaba a cansarse pero Anabelle no dejaría de blandir tan exquisito dulce hasta que lo viese frente a ella. Se puso un poco más de puntillas y de pronto oyó su voz; como agua de mayo en aquel instante. Su tono de voz y su manera de expresarse eran inconfundibles y algo de lo que ella sabía que nunca querría o podría prescindir.

A la vez que él sonreía, ella también lo hizo y le abrazó con firmeza pero delicada por el cuello, notando las cosquillas que le hacía su cabello platinado en los antebrazos. Incluso cerró los ojos con el besito en la mejilla, ya era mucha costumbre hacerlo. Sí, cada vez estaba más convencida de que por Lysander, valía la pena perderse donde fuera que se perdiera.
Le devolvió el beso con deje soñador y divertido, cosa que era un privilegio ver en ella ya que tan sólo lo demostraba con personas muy dignas de confianza.

-¡Lyss! Muy bien, cariño,¿Y tú?¿Te hacen trabajar mucho?.-preguntó parpadeando varias veces con semblante preocupado mas no triste, había sido desde siempre su mejor amigo y todo lo que tuviera que ver con él, la preocupaba. Luego asintió con deje distraído –como era ella- y le tomó la mano felizona, rasgando el papel de la chocolatina con los dientes. Después de un instante miró hacia el apuesto rubio ignorando el bochinche de gente y riendo con levedad, le ofreció un mordisco de la chocolatina que siempre compartían cuando se veían y les encantaba a los dos. Nadie podía negar que eran como dos gotas de agua-.

por **Lysander Scamander** Jue Jun 24, 2010 12:48 pm

Fui andando hasta que llegue a donde estaba ella.Anabelle no bajo la chocolatina hasta que yo estube a su lado.Sabía que era un privilegiado ya que mi rubia no solía ser como conmigo.El motivo solo ella lo sabía pero enserio me alegraba que fuera así de tierna con su rubio.La conocía desde pequeños y en Hogwarts entramos el primer año aunque ella se fue a la casa en la que entro mi hermano.Pasábamos mas tiempo fuera de las casas comunes que dentro.

No sabía que seria de mi sin ella.La quería como si fuera mi hermana,la hermana que nunca tuve.Si tuve hermano pero hermana no y Anabelle era eso mi hermana no de sangre pero si de corazon.Cuándo estube a su lado y la abrace y le di un beso en la mejilla ella me correspondió el abrazo y me devolvió el beso.

-Yo muy bien también cielo.Un poco de trabajo ,pero bueno supongo que es lo que toca no.Y tan mal no estoy aquí en el ministerio. ¿Y a ti en san mungo te dan mucho trabajo? Pregunté con media sonrisa ya que odiaba que mi rubia se cansara.Me preocupaba por ella.Anabelle sabía todos mis secretos siempre le había contado todo ya que confiaba en ella mas que en nadie.Ya que mi familia y ella lo eran todo para mi.Mis amigos también pero Belle y mis padres junto a mi hermano eran en quién mas confiaba.Cuándo abrió la chocolatina sonreí ya que era una que nos encantaba a los dos.Me ofreció un mordisco el cual di encantado estaba deliciosa la chocolatina.

por **Anabelle K. Wentworth** Jue Jun 24, 2010 3:49 pm

Se le vinieron a la mente los veranos en casa de Lysander junto a su hermano Lorcan y sus padres, Rolf y Luna. Desde el primer día, a parte de congeniar perfectamente con la maravillosa persona que yacía a su lado, había encajado perfectamente con la madre de los muchachos, la señora Lovegood.
Era sin duda una mujer fantástica y valiente que era un ejemplo a seguir para la noble casa de Ravenclaw. Aunque por estar con Lyss, hubiese preferido estar en Hufflepuff de primeras.
También recordó que el primer viaje en tren, aquel en el que todos los de primer años observaban las ventanas expectantes por saber qué era lo que les deparaba el futuro, fue él el que se sentó a su lado y comenzó a conversar con ella. Desde un principio, Anabelle sintió un enorme afecto por el muchacho y ello no ocurría casi ninguna vez, por no decir ninguna salvo aquella. Entonces, con la tierna edad de once años, supo que aquel chico era especial. Inseparables hasta entonces.

Las tardes en el Lago, las excursiones a Hogsmeade y los intercambios de cromos, todo ello quedaría perpetuado en su mente como aquel momento, en el que su rubio favorito le daba un mordisco a la chocolatina que su mano le ofrecía y le agradaba, no había cosa que la hiciera más feliz, el saber que él se sentía bien, que su tejón favorito estaba perfectamente.
Después de ello, le dio también ella un mordisco con el que paladeó el delicioso chocolate con leche que tenía el dulce; sin duda se podría pasar la vida comiendo de aquello si no fuera por la desnutrición.
Tomó la mano de él, como cuando hacían siempre que se tenían que contar algo importante, pero aquella vez no era por eso si no por el mero hecho de estar allí con él después de tantos días sin verle. Y es que para Anabelle no estar con él a diario era un sufrimiento después de siete cursos juntos.
Se mordió también leve el labio inferior, aferrándose un poco más a la mano de su alma en Tierra e intentando alcanzar las escaleras para salvar tal barullo. Parecía que no iba a contestar, era muy normal en ella pero cuando pensabas que ya no lo iba a hacer, era cuando lo hacía. Justo en ese momento.

-Soy la encargada de dos plantas y llevo tres semanas haciendo la Guardia de las noches, pero si te gusta tu trabajo, no hay problema para hacerlo.-eso era cierto, pero también que no pegaba ojo más bien. Lo miraba todo con orbes soñadores, pues aquel lugar era completamente nuevo para ella, o semi-nuevo en todo caso.-Creo que cada día están mejores Lyss…-susurró acerca de la chocolatina que yacía en su mano por el momento. Tenía que ofrecerle algo, pero en cuanto salieran de allí sería mucho mejor-.

por **Lysander Scamander** Jue Jun 24, 2010 8:00 pm

Me acorde del dia que fuimos a Hogwarts.Fui yo quién le halo y ella fue la única que no se reía de mi.Bueno casi la única ya que hubo personas que no se reían.Y precisamente eran los hijos de los amigos de mi madre los que no se reían de mi.Por el echo de llevar dos pájaros conmigo.A los cuales adoraba.Como adoraba a mi lechuza.Si todos los animales me encantaban tal vez venía por le echo que a mi madre le encantaran también.Desde ese dia fuimos inseparables.Y cuando vino a mi casa me lo pase realmente bien con las chocolatinas.

Esta que acabábamos de comer estaba realmente deliciosa.Cuándo noté que cogía mi mano sonreí ya que solíamos hacerlo cuando queríamos contarnos algo.Pero parecía que esta vez no era por eso.Cuándo no tenia a Belle conmigo o almenos verla cada dia era simplemente algo que no soportaba.Llegamos a la escalera dichosa escalera.Así que bajamos hasta que estuvimos en mi despacho la verdad que se estaba mejor aquí que arriba en el atrio. -Bueno bastante trabajo entonces pero si te gusta hacerlo pues esta bien. Dije con una sonrisa tierna para luego retirarle una silla para que se pudiera sentar.-Si tienes toda la razón Belle están cada dia mas deliciosas.Le dije afirmando su afirmación sobre las chocolatinas.

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