Esperándola (Victoire)

Me desperté a las siete de la mañana como cada día que tenía que ir a trabajar, arrastrando los pies adormilado hacia el cuarto de baño. Me di una ducha rápida, la cual me ayudó a despejarme, y me dirigí al armario para ver que me ponía. Finalmente me puse unos tejanos algo gastados y una camisa blanca, poniendome encima la túnica que me identificaba como auror. Una vez tomé el desayuno, que consistía en dos tostadas con mantequilla y zumo de naranja, me desaparecí en un callejón de Londres.

Eran las ocho de la mañana, faltaba media hora para que empezara la hora de entrar al trabajo, y como cada mañana entré al Caldero Chorreante donde quedaba con Vic. Aun siendo temprano el local ya estaba lleno de magos y brujas, ocupando la mayoría de mesas. Me encaminé a la barra y pedí una cerveza de mantequilla mientras esperaba a Vic.

El camarero dejó mi pedido frente a mí y di un sorbo a la cerveza. Tenía la vista al frente, perdido en mis pensamientos los cuales empezaron con el asesinato de aquella Hufflepuff y las posibles causas. Habían rumores de que los mortifagos volvían a mobilizarse y no descartaba la idea de que ellos estaban detrás de aquella muerte.

De repente sentí unos brazos que me rodearon con fuerza y un perfume que reconocí al instante me inundó, se trataba de Vic. Me giré para verla mejor, recibiendo su beso en la mejilla, y la sonreí abiertamente. Ella era una de las fuentes de mi alegría y no podía evitar sonreír cuando la veía.

- Buenos días, Vic.- la saludé alegre, estaba realmente hermosa como siempre- Tómate lo que quieras mientras hacemos tiempo. Invito yo.- le dije sin borrar la sonrisa, rodeando su cintura con un brazo.

Casi siempre cada uno pagaba lo que pedía pero a veces invitaba yo, saliendo a relucir mi parte caballerosa que tanto se había preocupado en inculcarme mi abuela. Le iba a preguntar que quería tomar cuando noté un cambio en su expresión, algo que me preocupó. Eran muchos años compartidos con ella para captar sus gestos aunque sean mínimos, notando su frustración. Iba a preguntarle sobre ese tema cuando ella volvió a acercarse a mí, besándome esta vez en los labios, olvidándo por unos segundos mi preocupación. Era curioso el efecto que tenía ella sobre mí.

- ¿Te ocurre algo, Vic?- pregunté luego de unos segundos después de que nos separáramos. En mi tono se podía notar la preocupación por ella sin molestarme a esconderlo.

Que el local estuviera lleno de gente ocasionaba que hubiera demasiado ruido para mi gusto. Miré mi reloj como auto reflejo al ver como ella lo hacía, aun quedaba algunos minutos por lo que podríamos charlar más antes de ir a trabajar.

- Sophie está bien, como siempre. Por suerte la veo bastante ya que Mcgonagall me deja entrar a Hogwarts para visitar a mis padres.- al acabar la Guerra fueron enterrados allí junto a los demás caídos y era habitual que fuera a visitarlos para dejar algunas flores- ¿Y como está Dom? No he coincidido ninguna vez con ella.- esbocé una sonrisa al hablar de la hermana de Vic a la que quería como si fuera mi hermana.

Di un sorbo a mi bebida mientras la escuchaba atentamente. Ella decía que no me preocupara por ella pero me era imposible no hacerlo. Aun así creí sus palabras, ella nunca me había engañado y confíaba en Vic.

- Podríamos quedar en Hogsmeade con ellas y así las vemos. ¿Qué te parece?- le propuse con una amplia sonrisa. Era muy familiar y me gustaba pasar tiempo con ellos, contando a los Potter a los que consideraba mi familia aunque no lo fueramos realmente. Le devolví una sonrisa tierna al escuchar lo que dijo sobre mis padres.

Di otro trago más a mi cerveza, casi terminándola, sintiendo sus brazos rodearme y su cabeza descansar sobre mi hombro, sonríendo ampliamente por sus palabras aunque ella no podía verme.

- Y yo a ti, cariño.- le susurré antes de besar su frente con ternura. Estaba realmente enamorado de ella y sabía con certeza que ella lo estaba de mí, lo que me hacía ser el chico más feliz.- ¿Nos vamos?- le pregunté terminando el contenido de mi vaso y haciendole señas al camarero para pagarle.

Que hubiera aceptado mi propuesta de salir los cuatro a tomar algo hizo que sonriera abiertamente.

- Entonces yo me encargaré de enviarles una lechuza para ver si les viene bien.- le contesté antes de que el camarero viniera por fin.

Saqué mi cartera, rebuscando en el bolsillo de mi pantalón, y le di el dinero justo que me pidió concentrado en ello por lo que no pude ver el ligero mareo de Vic. Seguro que me hubiera dado cuenta si hubiera estado mirándola, no se me pasaban esas cosa, por algo estaba estudiando para auror. Cuando me di la vuelta para irme vi como miraba el reloj y me acerqué a ella.

- Quedan cinco minutos, no vamos a llegar tarde.- le sonreí seguro de mí mismo. Tomé su mano y me dirigí al Callejón Diagón donde podríamos desaparecernos sin causar un caos. Una vez allí, la abracé a la altura de su cintura, apretándola ligeramente contra mí de manera protectora, besándola en los labios, antes de desaparecernos.

Los edificios del Callejón Diagón dieron vueltas difuminándose en una mezcla de colores para luego dar paso a la sala central del ministerio donde estaba la fuente conocidos por todos y que durante el auge de Voldemort fue substituida por otra que expresaba sus ideales.

Andaba al lado de Vic, sin soltar su mano ni un segundo. Todos sabían de nuestra relación por lo que no nos ocultábamos aunque los dos nos tomábamos nuestro trabajo en serio. Aunque solo eramos aurores en pruebas nos encantaba nuestro trabajo y dentro de pocos años seríamos aurores de verdad como lo fue mi madre. De repente noté como Vic daba unos pasos ligeramente tambaleantes y no hizo falta ver su gesto para que me parara.

- ¿Te encuentras bien?- le pregunté suave aunque se podía notar mi preocupación por ella, poniendóme frente a Vic para verla mejor. Lo primero que pensé era que le había afectado la desaparición, siempre daba algo de mareo, pero después vino mi cabeza lo que había dicho en el Caldero Chorreante. ¿Y sí realmente no se encontraba bien? Mi preocupación fue en aumento.

Acaricié su mejilla con suavidad con el dorso de mi mano, mirándola a los ojos. Lo que ella menos necesitaba ahora es que yo la agobiase con inumerables preguntas sobre su estado así que me limité a apartarme de delante de ella y empecé a caminar a su lado tomándo su mano.

- Tienes que prometerme algo. Si te encuentras peor dime que te volverás a casa.- no pude evitar seguir con el tema aunque no eran las miles de preguntas que rondaban en mi mente. Pero es que nuestro trabajo podía ser peligroso si no se estaba en plenas facultades ya que muchas veces teníamos que perseguir a alguien o meternos en una pelea. Sacudí mi cabeza para sacarme esos pensamientos, no podía ni imaginarme que haría si le pasara algo a Vic.

Llegamos a los dorados ascensores que nos llevarían a nuestra planta y dejé que pasara ella primero, sin soltar su mano. Esperaba que ella tuviera razón y solo fuera una bajada de tensión.

Correspondí a su beso antes de entrar en el ascensor en el cual había trabajadores de otros departamentos. Les saludé educado al entrar, fue la única vez que hablé durante todo el tiempo que estuvimos en el ascensor, acariciando la mano de Vic con mi pulgar. Siempre tenía cualquier detalle con ella ya fuera una caricia o un beso.

Caminamos por el pasillo de nuestra planta hacia el despacho de nuestro jefe pero estaba vacío, quizás era demasiado temprano aun o había ido a hacer algo.

- ¿Ves como ibamos a llegar puntuales?- le dije sonriendo, intentando que ninguno de los dos pensara en lo que le había pasado a ella- Creo que tendremos que esperar a que llegue aunque... podemos preguntarle a Julietta, ella tiene que saber donde está.- le propuse pensativo, pasándome una mano por el cabello, desordenándolo. Julietta era la secretaria de nuestro jefe y siempre sabía donde estaba siendo de mucha ayuda en casos como éste.

Off: Ok, no pasa nada. Descansa y mañana continuamos ^^

- Supongo que estará en su despacho.- me encogí de hombros. Juliette tenía un despacho aparte unos metros más adelante de donde estábamos nosotros- Harry sabe cuidarse bien, él acabó con Tom Riddle.- no quería creer la insinuación que había hecho Vic, mi padrino que a la vez era su tío era un gran mago.

Caminamos hacia el despacho de Juliette y abrí la puerta que extrañamente estaba cerrada. Antes de entrar en la pequeña habitación miré a Victoire alzando una ceja demostrando mi confusión por ese hecho. El despacho estaba vació y parecía que aquella mañana no había entrado nadie allí.

De repente un memorándum sobrevoló por el pasillo hacia nuestra dirección, volando en circulos alrededor de mí. Lo atrapé y empecé a leerlo, cambiando mi expresión a una más seria contra más leía.

- Ted, Harry te necesita a ti y a Victoire en el Valle de Godric. Han encontrado el cadáver de Juliette, id lo más antes posible.- leí en voz alta el corto mensaje para que Vic supiera que ponía- Maldita sea.- maldecí, Juliette era una mujer encantadora. Esto era la parte que más odiaba de mi trabajo.- Vayámos al Valle de Godric, Vic.- le dije aun serio.

Releí la nota varias veces como si así pudiera cambiar las cosas pero la situación seguía siendo la misma: Juliette estaba muerta. Apreté la mandíbula, arrugando el papel con una mano. ¿Estaría relacionado el asesinato de Juliette con el de la Hufflepuff? Eso lo sabríamos cuando vieramos la escena del crímen.

- No te va a pasar nada, Vic. Ni a ti ni a ninguno de nosotros.- intenté sonar tranquilizador aunque yo también tenía miedo, miedo de perderla a ella o a cualquier ser querido. Acaricié su mejilla para luego abrazarla, dándole un beso en la frente, no sabía que haría si le pasara algo a ella- Sí, vayamos.- dije de manera escueta, caminando por el pasillo de su mano.

Llegamos a la salida del Ministerio sin decir ninguna palabra, la noticia me había dejado sin palabras y por mi mente no paraban de pasar imagenes desagradables. Una vez allí nos desaparecimos hacia el Valle de Godric donde nos esperaba Harry.